
Entrevista realizada a Juliana Marcus (OACU), en el diario argentino La Nación
Marcús dirige dos proyectos de investigación en el Instituto Gino-Germani, ambos centrados en los usos y la mercantilización del espacio urbano. “Nos interesa señalar tanto el modo en que el poder y el capital producen espacio (lo que Henri Lefebvre llamó el “espacio concebido” por el Estado, los urbanistas y los arquitectos), como también el espacio vivido y practicado por sus habitantes, es decir, la vida urbana”.
Asimismo, cuenta que en los últimos años, juntos con sus equipos de investigación, avanzó en el análisis de modos de habitar y considerar la ciudad vinculados a proyectos de “vaciamiento urbano” y “destrucción creativa” de espacios aparentemente abandonados. “Una de nuestras principales hipótesis es que estos procesos –en los que participan inversores inmobiliarios, planificadores y desarrolladores urbanos, gobiernos local y nacional- regulan y disciplinan el espacio urbano a partir de la supresión de usos considerados ilegítimos para luego “llenarlo” con usos legítimos vinculados con la rentabilidad del suelo”.
Desde su óptica, el concepto mismo de “vacío urbano” es problemático: “Lo interesante de este concepto es que se trata de un vacío que, en efecto, no lo es. Es decir, la retórica urbanística define un lugar vacío en el sentido de vacante y abandonado cuando en realidad se trata de un espacio que tiene su historia y que contiene huellas de su asado, tal como lo hemos observado en nuestro análisis sobre el proceso de urbanización de los ex terrenos ferroviarios del barrio Caballito”.
Hoy, su objeto es “la identificación y el análisis de diversos casos de producción y planificación de la ciudad que sean el resultado del proceso de “vaciar” y “llenar”. En general, se traducen en expulsión de población, gentrificación y revalorización del suelo”.